Si vas a la selva y no vas preparado, te puede picar y matar una
serpiente, te puede devorar un animal o te puede caer un árbol o en
área abierta te puede caer un rayo, entre miles de cosas más.
Si vas a la ciudad, puedes morir a manos de delincuentes, o que un carro
se salga de su vía y te mate, o una bala perdida te acabe o que un
edificio te aplaste, entre miles de cosas más.
Si tienes una pareja, esta puede robarte tu patrimonio y dejarte en la
miseria, hacer que vayas a la cárcel injustamente, matarte rápido o aún
peor, lento con gotero y veneno, entre miles de cosas más.
Si
vas a un restaurante a comer y no sabías que tal cosa tenía semillas o
que eras alérgico, te mueres, entre miles de cosas más.
Seas de
la religión que seas o seas el ser más bueno o el más malo, no es
sinónimo, ni garantía, de que no puedas morir de una terrible manera,
entre miles de cosas más.
En la vida hay riesgo en todo y no se
trata de ser negativo con este pensamiento que he escrito, se trata de
estar conscientes, de que ésta realidad está compuesta de lo positivo y
lo negativo y nos guste o no, esto es lo que dirige el mundo.
Es negativo pensar así, pero es estúpido pensar que no hay posibilidades de que ocurra.
Las utopías individuales y colectivas, sobre lo que debe ser la vida,
jamás te salvan de estos riesgos o salvaran al mundo entero de estos
riesgos.
El único futuro seguro de todo ser vivo es la muerte,
porque hagas lo que hagas, seas feliz, triste, rico, pobre, lleno de
salud o un enfermo, lleno de talentos e inteligencia o un bruto y
estúpido ser, te vas a morir, nos vamos a morir todos.
De todas
formas, la realidad más importante, es que estamos vivos en este mundo,
aún sabiendo que la muerte está muy cerca de nosotros y que cada acción
o descuido, nos puede llevar a ella.
Entonces es importante,
enfocarnos positivamente en sacarle los mejores frutos y satisfacciones
a esta vida, pero por supuesto, reconocer muy bien que lo negativo
ronda por todos lados y eso nos permitirá ser cautelosos y precisos, en
los pasos que damos en este tiempo prestado que vivimos todos.
Es importante ser vigilantes de nuestro propio camino en la vida, así
como somos vigilantes de nuestros pasos cuando nos dirigimos a un
destino, cuidándonos de no caer en un agujero o mirando a la calle
varias veces, para que no nos atropelle un vehículo.
Es
importante ser positivos y enfocados en todo lo que hacemos, pero
también reconocer los riesgos negativos en todo, eso nos permite hacer
planes inteligentes para resolver contingencias o solucionar terribles
problemas.
Este es un mundo cruel, la naturaleza tiene un
equilibrio perfecto, pero es cruel. Un mundo donde el débil muere y el
fuerte sobrevive, donde el astuto gana y el ingenuo pierde, o el ingenuo
gana por no saber, mientras el astuto pierde por exceso de confianza y
una mala decisión.
Son tantas variantes las que se dan en la vida, que hay que estar muy muy despiertos en ella.
El peor error es creer que la vida es un cuento de hadas, aunque vivas un cuento de hadas.
Todo cambia, nada queda estático, todo tiene movimiento, lo que era, ya
no es y lo que es, ya no será o lo que era, es, pero no será.
Hoy hay jardines hermosos, que en meses devorará el inverno o jardines
que en primavera, no volverán, por sequías e infortunios.
Aunque existan rutinas en los fenómenos de la naturaleza o en el
comportamiento de las cosas, nada está escrito y todo puede cambiar.
Por todo esto, hay disfrutar la vida y cumplir nuestros deseos. Que
cada día sea especial, armónico, tranquilo, pero a la vez intenso y
responsable con todo lo que hacemos.
En un mundo de tanta
incertidumbre, siempre estamos en presente, pero aunque el mañana sea
incierto, siempre hay que pensar y planificar sobre ello, pues el
presente es nuestra realidad, pero el futuro es una posibilidad.
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