lunes, 16 de diciembre de 2013

EL LADO CONSTRUCTIVO DE LA REBELDÍA

No cabe duda  que aquellas personas que  con convicción, estuvieron en contra del sistema y sus reglas establecidas, luchando por hacer realidad nuevas  visiones y perspectivas, lograron cambios significativos en la humanidad.

Antes que nada,  citaré la definición de rebeldía obtenida del diccionario:

“La rebeldía : es un tipo de comportamiento humano, por el que se subleva frente a una orden o una obligación. No está considerado como una enfermedad”

Entre más leemos, más conocemos y más analizamos nuestro entorno, con los sentidos sintonizados en la búsqueda de la verdad y la razón sobre las cosas, más nos damos cuenta que vivimos en un mundo lleno de mentiras y manipulaciones de todo tipo.

La mayoría de las personas se manejan por conveniencias  y búsquedas baratas del placer y la comodidad, aunque en el fondo estén en contra  de muchos aspectos de lo establecido.

Todos tenemos un lado rebelde  y  todos hemos estado en contra de muchas de las cosas establecidas, sean pequeñeces o cosas más importantes y complejas de la vida.

Cuando la Rebeldía es honesta, porque se buscan cambios significativos tanto a nivel personal, como de todo lo que nos rodea, es una rebeldía útil y constructiva, porque es una actitud significativa, dirigida por nuestra voluntad de crear cambios conforme a la honestidad de nuestros deseos.

No todo rebelde, lo es en verdad con la convicción que la rebeldía necesita para crear cambios, puesto que  muchas personas adquieren una postura rebelde por traumas, búsqueda de aceptación social de un grupo minoritario o buscar resaltar una grandeza ilusoria sobre los demás, haciéndoles creer que son un ejemplo de voluntad, fuerza y convicción.

Estas personas cuyas rebeldías sólo son un instrumento que antagónicamente buscan aceptación social, mueren con el tiempo, ya que este se encarga de desenmascararlas, además que sus actos de rebeldía carecen de algo fundamental: convicción.

La rebeldía sin convicción en las personas, es un simple acto de inmadurez que busca llamar la atención de forma exterior, porque internamente son personas que tienen fuertes deficiencias en su autoestima personal, la cual es dependiente tanto a la comodidad y los placeres baratos que ofrece el sistema, como de las ilusiones y manipulación psicológica que ofrece las malas percepciones del sentimentalismo.

El auténtico rebelde, el verdadero rebelde, primero es un ser claro consigo mismo y muy claro en sus propósitos.

Es una persona que está muy consciente de que de acuerdo a sus ideales rebeldes, tendrá que luchar contra todo tipo de adversidad, un camino que no será fácil, lo cual no le molestara, porque está la meta de cumplir sus deseos, de hacer su voluntad especial, aquella por la cual necesita romper con cosas establecidas, para que el fin que enmarca esa rebeldía, se logre de manera  real.

Si no estás dispuesto a luchar, a sufrir, a sangrar por tus ideales rebeldes  para hacerlos realidad, no eres un rebelde con convicción. Es precisamente en el conflicto que se genera al mantener una postura diferente que busca romper lo establecido para crear cambios, donde se demuestra que tan profunda  es la postura e ideología del rebelde.

El tiempo es el mejor juez y siempre nos dirá la verdad sobre las cosas. El tiempo se encargara de decirnos quienes son falsos y quienes verdaderos y fieles a sus propósitos.

El tiempo derrumbara a los falsos rebeldes, quienes se reintegraran al sistema y sus cómodas ilusiones, mientras les dará fuerza a los verdaderos rebeldes, quienes cambiaran la realidad que les rodea y hasta el curso de la historia de la humanidad.

Hay diferentes formas de rebeldía, hay personas con rebeldías negativas que el único panorama  que ésta les ofrece, es sólo destrucción y auto destrucción como meta final. Sin embargo, hay otras rebeldías que están claras en sus propósitos constructivos  y a pesar de que los procedimientos de sean radicales y destructivos, buscan crear un cambio positivo, al estilo: derrumbar lo viejo y construir lo nuevo que será mucho mejor.

No cabe duda de que los rebeldes, tanto artistas, ocultistas, revolucionarios entre un montón de personas de diversas profesiones y habilidades, han creado con sus formas distintas de pensamiento y formas de actuar, cambios contundentes en la realidad, dándole fuertes martillazos a las bases de un sistema arcaico y manipulador, que siempre esta sediento de control global.

Un rebelde, por ejemplo, con ideales revolucionarios, no es un simple destructor de aquella realidad de la cual no está de acuerdo. Es una persona que sería capaz de usar la fuerza, inclusive destruir, pero con el propósito de revolucionar, cambiar, producir cambios profundos, en pocas palabras destruir para construir algo nuevo.

La rebeldía hoy en día, en mayoría, es una cómica barata y hasta una moda descarada, de personas que en el fondo de si mismas, lo único que quieren es ser aceptadas y amadas por la sociedad, de  esta forma buscan proyectarse  desafiantes a la misma en su descontento con ella, pero a la final son posturas débiles que se aplacan cuando la sociedad les abre las puertas o no pueden controlar sus lados débiles a nivel mental y sentimental, debilidad que les obliga a correr después de tantas alharacas a los brazos del mundo para aceptarlo como es.

Todo Rebelde, es un ser honesto consigo mismo, inconforme con lo establecido en la realidad, por esto necesita luchar por esa visión personal que le puede llevar a estar más conforme. Es un ser que no teme sufrir o morir por sus ideales, pues  los mismos son la cúspide de las metas de su vida.

Es una persona con una gran elevación de su autoestima y una alta consideración y desarrollo de su individualidad, lo cual le permite luchar sin dudas y sin temores, a la hora de lograr un propósito personal que sólo tiene éxito al cambiar algo establecido por la realidad, poniendo en su lugar algo nuevo o creativo que le puede llevar  a la plenitud en una meta de cambios individuales o colectivos.

Hasta para conocernos bien  a nosotros mismos,  debemos ser rebeldes con nuestro  propio ser, discutirnos, exigirnos, replantearnos cosas,  romper con todo aquello, que con más conocimiento y sabiduría, nos daremos cuenta que no nos funciona y no nos llevaran a nada constructivo, ni al ideal que queremos de vida, que es distinto al tradicional que le ofrece el sistema  a la mayoría de la sociedad.

El que es rebelde con convicción, no busca específicamente ser diferente a los demás, llevar la contraria a lo tradicional o desafiar la realidad, esa es la actitud del falso rebelde.
 
El Rebelde con convicción busca como meta principal e importante, establecer  la arquitectura de su propia existencia y si esa estructura requiere la actitud de ser diferente, llevar la contraria y desafiar la realidad, entonces son posturas que se añaden como mecanismos de lucha para lograr el propósito.

Cuál sería entonces el lado constructivo de la rebeldía?

Provocar cambios contundentes y diferentes, tanto a nivel individual como colectivo, estructural e ideológico, de una realidad con la cual no estamos de acuerdo al comprender su estructura falsa, hipócrita y manipulada, antagónica a nuestros ideales y   que por lo general busca el control total del ser humano, para que sirva como un robot a los propósitos de un sistema egoísta.

Como rebelde es mi propósito hacer realidad mi voluntad, conforme a la honestidad de mis deseos.

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